miércoles, 30 de noviembre de 2011

Décima de fuego y agua


El fuego y el agua son, de los cuatro elementos clásicos, los que más daño causan. El primero se acompaña del aire, fiel compañero a la hora de propagarse. El segundo, arrastra la tierra o provoca que ésta se derrumbe de las laderas. Un incendio no conoce de límites y se extiende en todas direcciones, por lo que para disminuir sus efectos es necesario delimitar su expansión. Para parar una riada, sin embargo, lo importante es no poner obstáculos en su trayecto, único, hacia cotas más bajas, un camino de sobra conocido donde a nadie en su sano juicio se le ocurriría poner barreras que impidieran el desalojo del agua.


Para arreglar los problemas

que da el primer elemento,

has de hacer que vaya lento,

acotar sus viles llamas.

Mas si con valía clamas

que al segundo has de atajar,

deja que corra sin más

no pongas impedimentos.

Uno que se ahogue sin viento

y otro que vuele hasta el mar.

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